Tips para personas con hijos

Por: Douglas Anaya0 Comentarios

El Futuro de nuestros hijos es muy importante para nosotros, sin embargo para tener un buen historial crediticio, debemos evitar adquirir grandes deudas y préstamos que no podamos pagar con entidades financieras.

El 44 por ciento de los trabajadores en Colombia ganan un salario mínimo o menos al mes (es decir, cerca de $828.116 pesos). ¿Cómo podría, entonces, la mayoría de los empleados del país invertir en la educación de sus hijos cuando el costo promedio de una universidad privada es de 10 millones de pesos? Según el Observatorio de la Universidad Colombiana, la ecuación tiene esta diferencia abismal porque mientras los salarios se han estancado, el costo de vida sigue subiendo, al igual que el de la educación.

Expertos en el tema advierten que los altos precios dificultan el acceso a la educación superior e, incluso, generan altos niveles de deserción. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 37 por ciento de los estudiantes colombianos que comienzan un programa universitario lo abandonan. “Ante la incertidumbre de obtener un empleo, bien pagado, el estudiante prefiere desertar e irse por un trabajo con menor pago y con menores requisitos de titulación. Esto se mitiga, un poco, con programas de bienestar y créditos financieros otorgados por las propias universidades.

El incremento de costos en las matrículas se realiza según el índice de Precios al Consumidor (IPC); sin embargo, las universidades tienen la potestad de ajustar los precios de acuerdo con sus necesidades, según la Ley 30 de 1992. Para darnos una idea del crecimiento, la matrícula de medicina en la Universidad de los Andes en el 2009 costaba aproximadamente 13’750.000 pesos; ahora, casi nueve años después, un estudiante que quiere acceder a ese programa debe pagar $ 24’412.000. Un aumento del 77,54 por ciento.

La principal recomendación de los expertos para que los padres financien la educación superior de sus hijos es diseñando un plan de contingencia con varios años de antelación, según expertos en educación y economía, indican que “La educación superior no es un gasto menor, quizá después de la vivienda es la decisión de inversión más importante en una familia. Cuanto mayor tiempo de preparación se tenga, menor será el costo y mejores las decisiones de ahorro.

Existen múltiples mecanismos para ahorrar en el mediano plazo y el éxito de estos depende de cuál es la capacidad de aporte que se puede hacer mensualmente y que el débito a estas modalidades sea automático al día de la consignación del pago.

Para acceder a esta clase de planes, deben acercarse a cualquier entidad financiera que promueve ahorro para educación. Ten en cuenta que tu historial crediticio debe ser óptimo para la solicitud de estos beneficios; Adicionalmente se recomienda que los recursos queden congelados, para evitar hacer uso de ellos y cumplir la meta que se trazaron.

Otro método que recomiendan los especialistas son los créditos de libre inversión o de estudios que ofrecen las entidades financieras. El monto otorgado dependerá de la capacidad de pago y de endeudamiento del usuario, y el plazo será definido con la entidad, al igual que la tasa de interés, que será fija desde el inicio hasta terminar el pago del crédito. Esto garantizará que la cuota mensual no varíe, y de esa forma será más fácil ajustar tus finanzas.

En todo caso, las familias también deben contemplar que el paso a la educación superior incluye otros costos, como si tu hijo deberá vivir en otro lugar; el transporte se convertirá en un gasto recurrente, es importante considerar la alimentación fuera de casa.

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